Posición de Psicoanálisis del cuento de hadas

Por: Camila Torres, Carolina Torres, Belén Enríquez, Paz Noboa, María Auxiliadora Gutiérrez y Micaela Espín.
Al leer Blancanieves, Ricitos de Oro y La Bella Durmiente pocas veces alguien se ha imaginado que estos cuentos tengan tanta simbología oculta, sin embargo lo que Bruno Bettelheim plantea en "Psicoanálisis del cuento de hadas" es rebuscado y en ciertos casos, exagerado. Por ejemplo en Blancanieves cuando refiere al cazador como padre y posible símbolo de protección.

Bruno Bettelheim compara los compartimientos de los personajes de los cuentos de hadas con personajes de mitos griegos. En otras palabras, el autor hace referencia al problema edípico y a otros mitos griegos, cabe recalcar que la sociedad griega vivía acorde a sus instintos y esto se podía evidenciar claramente en sus creencias, al contrario de la sociedad del siglo XX, la cual se logró a base de que los instintos que podrían destruir una civilización, se reprimieran. Por lo que se considera que el contexto debió ser tomado en cuenta. Además, el autor tiente tanta fijación en temas sexuales, que omite simbología importante que podría estar relacionada a otros temas. Por ejemplo: las tres gotas de sangre al comienzo de Blancanieves pudo haber significado sacrificio, en vez de algo meramente sexual, como interpreta el autor.

En el caso de Ricitos de Oro, el autor interpreta que la niña intenta averiguar quién es, y qué papel ha de desempeñar.En este cuento vuelve a tomar el número tres como símbolo; es decir que al contrario que en Blancanieves, el número tres representa la búsqueda de la propia identidad personal y social.

Por otro lado en la historia de la bella durmiente el escritor relaciona casi todo el cuento con el tema de la adolescencia y la menstruación, pero lo hace desde una perspectiva adulta, mas no del adolescente.
En nuestra opinión el punto en que Bruno Bettelheim trata de decir que los adolescentes adquieren mayor madurez y llegan a conocer más su feminidad y masculinidad realizando aventuras peligrosas, es inconciso. Además es absurdo su punto de vista al decir que los cuentos de hadas lo describen de forma distinta para las niñas que a los niños, ya que esto puede llegar a causar estereotipos sexuales.

Las tres historias abarcaban básicamente los mismos dilemas. Estos trataban de las dificultades que implica el logro de la identidad, y de los problemas que se derivan de los deseos edípicos, y de los esfuerzos por obtener el amor exclusivo de uno y otro progenitor.

El autor toma una posición psicoanalista radical y nuestra posición con respecto al análisis de estos cuentos no supone criticar a las interpretaciones de Bruno Bettelheim, sino mas bien plantear la discrepancia con que todos estemos relacionados (hasta inconscientemente) con el sexo.

Por último se puede afirmar que Bruno Bettelheim hizo una ardua investigación sobre estos cuentos, sin embargo el autor busca que todos los aspectos de los cuentos sean brutalmente relacionados con toda temática sexual posible.